
Este proyecto, ubicado en la exuberante isla de Bali, se integra perfectamente con la naturaleza circundante al combinar materiales locales como maderas y piedras autóctonas. La casa emplea grandes aberturas y una disposición estratégica para fusionarse con el entorno, priorizando la privacidad de sus residentes mediante el uso de parasoles verticales y una distribución cuidadosa de los espacios.
Destacando la armonía entre la arquitectura y el paisaje, los espacios principales se orientan hacia el majestuoso mar, ofreciendo vistas panorámicas desde una piscina elevada situada en una meseta sobre la playa. La escalera que conecta los tres pisos emerge de la pared, aportando la sensación de estar suspendida en el aire. Junto a esta, se ubica un jardín interno que proporciona luz natural a gran parte de la casa durante todo el día.
